Ayer tarde nuestro pueblo se reecontró con su vestigio más antiguo de la mano de la arqueóloga Magdalena Monraval (autora del estudio sobre el exaliptro publicado en la revista Annals del año 1985) y del ceramista Xavier Morant (de cuyo taller ha salido la réplica que podemos contemplar en la Biblioteca).
La terraza de la Biblioteca acogió una pequeña charla en la que tanto Monraval como Xavier Morant elogiaron las condiciones de la pieza picanyera.
El exaliptro de Picanya
Actualmente se expone en el Museo de la Ciudad de Valencia a donde llegó como parte del conjunto de cerámicas griegas de la colección M. Martí Esteve en 1951. El exaliptro, curiosamente, era la única pieza que se acompañaba de una pequeña etiqueta donde se indicaba su orígen: el Hort de Vicent Pla en Picanya. Un emplazamiento visitado por Magdalena Monraval en los años 80 en una visita en la que no pudo observar otros restos. Aunque el hallazgo de esta pieza en Picanya viene a plantear la posibilidad de un poblamiento antiguo situado en espacio abierto en una zona aluvial.
El exaliptro es un recipiente que servía para perfumes. Una pieza de tocador propia del ajuar griego aunque también los íberos usaron frascos de perfumes en el ajuar funerario.
Este tipo de vasos es frecuente encontrarlos en recintos funerarios a partir del 550 a de C. Existen paralelos similares en Ritsona y en Rusia en tumbas de finales del siglo VI a de C. El único paralelo peninsular es el encontrado en Villaricos (Almería).
El exaliptro de Picanya pone en relación el mundo ibérico de la Contestania, al sur del Júcar, con la zona de la Edatania situada al norte.
La réplica
Desde esta semana la Biblioteca exhibe una réplica del exaliptro original. El trabajo de copia ha sido realizado por el ceramista de Manises Xavier Morant que explicó la emoción de enfrentarse a una pieza con tanta historia y de belleza tan particular. Del exaliptro, Morant destacó la maestría técnica de su realización, difícil de copiar incluso con los medios actuales y la delicadeza de formas y decoración. Un belleza que, aunque en forma de réplica, ya puede ser admirada por todos los picanyeros y picanyeras en la sala de lectura del primer piso de la Biblioteca, desde ya, cita con nuestra historia más antigua.